Durante décadas, científicos, psicólogos y educadores han estudiado cómo funciona el cerebro humano y cómo se especializa cada uno de sus hemisferios. Aunque ambos trabajan en conjunto de forma constante, cada uno tiene características que lo hacen destacar en determinadas tareas cognitivas. Esta idea ha dado lugar a la teoría de los “cerebros derecho e izquierdo”, según la cual existen diferencias notables en la forma de pensar, procesar información e incluso en las capacidades intelectuales según cuál hemisferio domine.
Hemisferio izquierdo: lógica, lenguaje y análisis.
El hemisferio izquierdo está asociado tradicionalmente con el pensamiento lógico y analítico. Las personas con un predominio de este hemisferio tienden a destacar en habilidades como:
- Lenguaje: comprensión, gramática, escritura y habla.
- Matemáticas: resolución de problemas numéricos y razonamiento lógico.
- Pensamiento secuencial: seguir instrucciones paso a paso o estructurar ideas de forma ordenada.
- Análisis: descomponer problemas complejos en partes más simples.
Se le considera el hemisferio más racional, ideal para tareas estructuradas, académicas o científicas.
Hemisferio derecho: creatividad, intuición y visión global.
Por otro lado, el hemisferio derecho se asocia con la creatividad, la imaginación y la percepción emocional. Las personas con un hemisferio derecho dominante suelen destacar en:
- Arte y música: interpretación de sonidos, tonos, colores y formas.
- Pensamiento visual y espacial: comprender mapas, patrones, diseño y orientación.
- Intuición: tomar decisiones basadas en corazonadas o experiencia subjetiva.
- Empatía y emociones: interpretar expresiones faciales, tono de voz y lenguaje corporal.
- Pensamiento holístico: ver el panorama general en lugar de centrarse en los detalles.
Este hemisferio se asocia con la inteligencia emocional y la originalidad.
¿Dominancia cerebral: mito o realidad?
Aunque esta división ha sido ampliamente difundida, los neurocientíficos modernos aclaran que no existen personas que usen solo un hemisferio del cerebro. En realidad, ambos trabajan en conjunto y se complementan constantemente a través del cuerpo calloso, que conecta ambos lados.
Por ejemplo, para hablar (tarea del hemisferio izquierdo) necesitamos entonación y ritmo (áreas del hemisferio derecho). O para resolver un problema lógico (izquierdo), muchas veces se requiere intuición y visión espacial (derecho).
Lo que sí es cierto es que algunas personas tienen fortalezas cognitivas más desarrolladas en ciertos aspectos que coinciden con las funciones de un hemisferio. De ahí surge la noción de «dominancia cerebral».
¿Qué tipo de inteligencia predomina en ti?
Si prefieres listas, esquemas, palabras, eres mas analítico y racional, tienes tendencia a usar más el hemisferio izquierdo.
Si prefieres imágenes, mapas mentales, música, eres mas emocional y creativo, tienes tendencia a usar más hemisferio derecho.
No se trata de ver cuál hemisferio es “mejor”, sino de entender cómo usamos ambos y potenciar nuestras habilidades. La inteligencia es un conjunto complejo que abarca creatividad, lógica, lenguaje, emoción y percepción.
Tanto el hemisferio izquierdo como el derecho son esenciales. Lo ideal es trabajar ambos: desarrollar tanto la capacidad analítica como la sensibilidad artística, tanto la lógica como la intuición.


