El corazón es el motor de la vida, y su ritmo varía enormemente entre especies. Desde diminutas ratas hasta majestuosos elefantes, la frecuencia cardíaca está relacionada con el tamaño, el metabolismo y la longevidad de cada animal. En general, los animales más pequeños tienen corazones que laten mucho más rápido que los de los animales grandes.
Frecuencias cardíacas aproximadas de distintos animales.
- Ser humano: 60 – 100 latidos por minuto (en reposo).
- Rata: 300 – 500 latidos por minuto.
- Ratón: 500 – 700 latidos por minuto.
- Mosca: alrededor de 200 – 400 latidos por minuto (su sistema circulatorio es diferente, pero se estima este rango en reposo).
- Avispa: 300 – 400 latidos por minuto (similares a otros insectos de tamaño similar).
- Gato: 140 – 220 latidos por minuto.
- Perro (según tamaño):
- Razas pequeñas: 100 – 160 latidos por minuto.
- Razas grandes: 60 – 100 latidos por minuto.
- Conejo: 130 – 325 latidos por minuto.
- Cobaya: 230 – 380 latidos por minuto.
- León: 40 – 50 latidos por minuto.
- Tigre: 50 – 70 latidos por minuto.
- Caballo: 28 – 44 latidos por minuto.
- Vaca: 48 – 84 latidos por minuto.
- Oveja: 70 – 80 latidos por minuto.
- Elefante: 25 – 35 latidos por minuto.
- Jirafa: 40 – 90 latidos por minuto.
- Ballena azul: 8 – 20 latidos por minuto.
- Delfín: 35 – 60 latidos por minuto.
- Colibrí: 500 – 1.200 latidos por minuto.
- Gallina: 250 – 300 latidos por minuto.
- Avestruz: 60 – 70 latidos por minuto.
- Gorila: 70 – 90 latidos por minuto.
- Cocodrilo: 24 – 30 latidos por minuto (pueden disminuir mucho bajo el agua).
- Tortuga gigante: 6 – 20 latidos por minuto.
¿Por qué los más pequeños laten más rápido?
Los animales pequeños, como roedores o aves diminutas, tienen un metabolismo acelerado: necesitan quemar energía rápidamente para sobrevivir. Por eso, su corazón late a toda velocidad. En cambio, animales enormes como elefantes o ballenas tienen metabolismos más lentos, y sus corazones laten muy despacio.
El caso del ser humano.
Los humanos estamos en un punto intermedio. Nuestra frecuencia en reposo oscila entre 60 y 100 latidos por minuto, aunque los deportistas de élite pueden tener menos de 50, gracias al entrenamiento cardiovascular.
Conclusión.
La frecuencia cardíaca revela mucho más que el tamaño del corazón: habla del metabolismo, el estilo de vida y hasta de la esperanza de vida de cada especie. Los más pequeños viven acelerados y con corazones que no paran, mientras que los gigantes laten con calma… y suelen vivir más tiempo.


