El precio del combustible sigue siendo uno de los mayores gastos para los conductores. Más allá de buscar la gasolinera más barata, existen hábitos y técnicas que pueden ayudarte a reducir el consumo de gasolina o diésel de forma considerable. A continuación, te comparto algunos de los trucos más efectivos.
1. Conduce de manera suave y constante.
Los acelerones y frenazos bruscos aumentan notablemente el consumo. Lo ideal es mantener una velocidad constante y anticiparse al tráfico. Conducir de forma relajada no solo ahorra combustible, también reduce el desgaste del motor y los frenos.
2. Usa marchas largas siempre que sea posible.
Circular en marchas cortas a altas revoluciones dispara el gasto. Intenta cambiar de marcha lo antes posible (sin forzar el motor) y mantener las revoluciones en un rango eficiente: entre 1.500 y 2.500 rpm en motores diésel y entre 2.000 y 3.000 rpm en gasolina.
3. Mantén la presión adecuada en los neumáticos.
Los neumáticos desinflados generan más resistencia y aumentan el consumo hasta un 4% más. Revisa la presión al menos una vez al mes y antes de viajes largos.
4. Reduce peso innecesario.
Cada kilo extra obliga al motor a gastar más energía. Retira del maletero objetos que no uses y evita llevar portaequipajes o baca si no son necesarios, ya que generan más resistencia al aire.
5. Cuida la aerodinámica y mantén las ventanas cerradas en autopista.
Conducir con las ventanillas bajadas a altas velocidades aumenta la resistencia, y, por tanto, el consumo de combustible. Lo mismo ocurre con accesorios externos (cajas, barras de techo, portabicicletas). Úsalos solo cuando sea estrictamente necesario.
6. Controla el aire acondicionado.
El aire acondicionado puede incrementar el consumo hasta un 10%. Úsalo de forma moderada y, cuando sea posible, ventila el coche antes de arrancar para enfriar el habitáculo.
7. Planifica tus trayectos.
Evita atascos y rutas con mucho tráfico usando apps de navegación en tiempo real. Arrancar y parar constantemente en un embotellamiento es uno de los mayores enemigos del ahorro de combustible.
8. Haz un buen mantenimiento del coche.
Un coche bien cuidado gasta menos. Cambiar filtros de aire, bujías y mantener el aceite en buen estado asegura una combustión más eficiente y un menor consumo.
9. No calientes el motor en exceso.
Dejar el coche al ralentí durante mucho tiempo no es necesario en la mayoría de los vehículos modernos. Arranca y conduce suavemente hasta que el motor alcance su temperatura óptima.
10. Usa aplicaciones para encontrar la gasolinera más barata.
Existen apps que muestran en tiempo real los precios de las gasolineras cercanas. Un pequeño cambio de estación puede suponer un ahorro significativo a largo plazo.
11. Usa el control de crucero en carretera.
En trayectos largos por autopista, el control de crucero ayuda a mantener una velocidad constante, evitando aceleraciones innecesarias y reduciendo el gasto de combustible.
12. Evita repostar en exceso.
Llenar el depósito hasta el borde añade peso innecesario y, además, puede provocar pérdidas por evaporación en días calurosos. Es más eficiente mantener el depósito a un nivel medio-alto.
13. Apaga el motor en paradas largas.
Si vas a estar detenido más de un minuto (por ejemplo, en un atasco o esperando a alguien), es mejor apagar el motor. El consumo al ralentí puede gastar entre 0,5 y 1 litro por hora.
14. Aprovecha la inercia del coche.
Cuando te acerques a una curva, semáforo o zona de tráfico lento, levanta el pie del acelerador antes de frenar. Aprovechar la inercia del coche reduce el consumo y el desgaste de los frenos.
15. Mantén la cadena de transmisión o correas en buen estado.
En coches con transmisión por cadena o correa, un mantenimiento adecuado asegura que la potencia del motor se transmita de forma eficiente, evitando pérdidas de energía que incrementan el consumo.
✅ Conclusión.
Ahorrar combustible no solo beneficia a tu bolsillo, también ayuda al medio ambiente reduciendo las emisiones contaminantes. Adoptar estos trucos puede suponer un ahorro de hasta un 15% en el gasto mensual de gasolina o diésel, además de alargar la vida útil de tu coche.