Frotarse los ojos es una reacción común cuando estamos cansados, tenemos picazón o sentimos alguna molestia ocular. Sin embargo, este gesto aparentemente inofensivo puede tener consecuencias muy negativas para tu salud visual. ¿Sabías que puede provocar microrroturas en la retina, aumentar el riesgo de infecciones e incluso contribuir al desarrollo de enfermedades como el queratocono?
A continuación, te contamos por qué deberías dejar este hábito cuanto antes.
👁 1. Microrroturas en la retina
Uno de los peligros menos conocidos de frotarse los ojos con fuerza es la posibilidad de provocar pequeñas roturas en la retina. Este tejido sensible, responsable de captar la luz y enviar señales al cerebro, es extremadamente delicado. Cuando frotamos los ojos con intensidad o frecuencia, la presión interna aumenta bruscamente, lo que puede causar:
- Pequeños desgarros o microrroturas
- Alteración en los vasos sanguíneos de la retina
- Riesgo de desprendimiento de retina en casos extremos
Aunque no siempre se presentan síntomas inmediatos, con el tiempo estas lesiones pueden afectar la calidad de la visión.
🦠 2. Mayor riesgo de infecciones
Las manos están constantemente expuestas a bacterias, virus y otros patógenos. Cuando las llevamos a los ojos, facilitamos la entrada directa de estos microorganismos al organismo. Esto puede provocar:
- Conjuntivitis (inflamación o infección de la conjuntiva)
- Infecciones corneales
- Irritación ocular
Incluso si te lavas las manos con frecuencia, no hay forma de garantizar que estén completamente libres de gérmenes, por lo que lo mejor es evitar el contacto con los ojos.
👁️🗨️ 3. Daño a la córnea y al cristalino
Frotarse los ojos de forma frecuente también puede deteriorar la córnea, la capa transparente que protege el ojo. El roce constante puede causar:
- Rasguños en la superficie corneal
- Abrasiones oculares dolorosas
- Deformaciones progresivas de la córnea, como el queratocono, que altera la visión y puede requerir cirugía o trasplante corneal.
Además, puede haber una mayor presión sobre el cristalino, contribuyendo a su deterioro con el tiempo, lo que aumenta el riesgo de cataratas prematuras.
🔁 4. Aumento de la presión intraocular
El acto de frotar los ojos también eleva de manera significativa la presión intraocular, lo cual puede ser especialmente peligroso en personas con antecedentes de glaucoma o predisposición a esta enfermedad. Un aumento repetido y repentino de esta presión puede acelerar el daño al nervio óptico, afectando la visión periférica y conduciendo a una pérdida visual irreversible.
💥 5. Envejecimiento de la piel y ojeras
Además de los problemas visuales, frotarse los ojos también afecta la piel que los rodea. Esta zona es especialmente fina y delicada, por lo que el roce constante contribuye a:
- Aparición de arrugas prematuras
- Flacidez en los párpados
- Aumento de las ojeras o manchas oscuras bajo los ojos
Esto no solo afecta a la salud ocular, sino también al aspecto estético del rostro.
✅ ¿Qué hacer si tienes picazón o molestias en los ojos?
En lugar de frotarte los ojos, prueba estas alternativas:
- Lava tus ojos con agua fría o suero fisiológico.
- Con las manos limpias de manera suave puedes masajearte los extremos de los ojos
- Usa lágrimas artificiales si tienes sequedad ocular.
- Aplica una compresa fría durante unos minutos.
- Consulta a un oftalmólogo si la molestia persiste o es recurrente.
🧠 Conclusión
Frotarse los ojos puede parecer un gesto automático e inofensivo, pero tiene consecuencias potencialmente graves para la salud ocular. Desde infecciones y lesiones en la retina hasta enfermedades degenerativas como el queratocono, el riesgo es real. La próxima vez que sientas picazón o irritación, recuerda: tus ojos merecen un cuidado delicado.
💡 ¡Cuídalos! Solo tienes un par, y son para toda la vida.


